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Edurne Pasaban prepara un libro para finales de año

28 Jul

Edurne Pasaban emprende un nuevo reto: la publicación de un libro con las experiencias de su reto personal, la ascensión de las 14 montañas más altas del planeta. Me lo contó ayer durante una entrevista para Piedra de Toque. Al escaparme durante un mes a Honduras, he tenido que dejar preparados tres programas de radio. Y en eso estoy. Tres en horas en una semana. No está mal. En uno de ellos, realizaré un pequeño homenaje a Edurne porque se lo merece.

Hablé con ella por teléfono desde su nueva casa en Barcelona, junto al Tibidabo. Allí descansa de estos últimos nueve años en los que se ha visto inmersa en la carrera por completar los 14 ochomiles, las montañas más altas del planeta. Un proyecto que la he llevado en dos ocasiones estar a punto de perder la vida y a renunciar una vida cómoda. De hecho, el susto más fuerto se lo llevó el año 2004 en el descenso del K2. Durante horas se quedó bagando por las alturas. Le costó serias congelaciones tanto en las manos como en los pies y una depresión que durante dos años la retuvo alejada de las montañas. «Fue un momento duro en el que me fortalecí como persona y en el que sopesé qué tipo de vida estaba llevando, si realmente merecía la pena jugarme la vida por ascender ochomiles». La respuesta ya la conocemos. «Si he seguido adelante es por mí, porque la montaña es lo que mejor sé hacer y dónde más feliz me siento».

Pero una montaña con sello propio. Ella comenzó a caminar por los montes guipuzcoanos rodeada de amigos, sin pretensiones, tan sólo con ganas de disfrutar. Y ése espíritu lo ha mantenido durante todos estos años. «Los que me han criticado por ir siempre acompañada de los mejores o por no ascender por vías nuevas, les contesto que esto se trata de un reto personal. Yo voy al monte con amigos y voy a disfrutar». Y es que el reto de los 14 también he tenido otra cara oscura, la mediática. «Cuándo te expones a la opinión pública ya sabes lo que te puede pasar, que todo el mundo opine y te juzge desde su casa». Eso le ha pasado a Edurne y, tal vez, sea eso lo que más le ha hecho sufrir más en todos estos años, mucho más que las congelaciones. «Este país es una mierda, hay demasiada envidia. Todo el mundo se cree que puede opinar desde su casa».

Por eso Piedra de Toque quiso entrevistarla. Para rendirle, a nuestra medida, un pequeño homenaje. Tan sólo otros dos vascos en todo el Estado han alcanzado los 14. Ella lo ha hecho fiel a su estilo, por las vías normales y acompañada de amigos. Pero es que ése es su estilo. Sabiendo que para ello tendría que pagar un duro peaje y dejar una vida más comoda por el camino. «Mereció la pena». No lo duda, es lo que tienen las personas consecuentes, las que saben lo que quieren y no tienen miedo a dejar cosas por el camino porque saben que ganan mucho.

En un año tendremos su libro. Allí podremos viajar por las entrañas de esta montañera vasca. Un referente para todos los montañeros que acudimos también en la montaña con nuestros amigos a disfrutar de los paisajes, de las sensaciones. Edurne, eres grande. Por saber lo que querías y haber sido consecuente con ello.

Nueva mañana triste

22 Sep

Nueva mañana triste. Y no sólo en Euskadi. Tres tantados en menos de 24 horas. Un fallecido, cuatro heridos graves y cerca de una veintena de heridos leves. Vitoria, Ondarroa, Santoña. Está claro que así no se puede vivir. Así se lo decía ayer la mujer del Ertzaina herido en Ondarroa, victima de otros tres antentados más, al consejero de Interior del Gobierno Vasco, Javier Balza. Una información que recogía ayer El Correo y que vale más que cualquier editorial. El ertzaina herido, su mujer, Balza y el periodista.

Luis Conde de la Cruz, militar y de 46 años. Un coche bomba de ETA acabó durante esta madrugada con su vida y con los días de vacaciones que pasaba en la ciudad cántabra de Santoña, igual que el otro militar herido grave. 

Hoy comienza el Otoño en Euskadi. Espero que no vaya acompañado de duras tormentas.

«España no puede vender armas y criticar luego que haya niñas soldado»

12 Jun

La ONG Save the Children asegura que en Europa se practica la explotación de niños como empleados domésticos. Un informe que hará visible una realidad invisible hasta ahora para muchos. Algo que me recuerda la de otra situación, las niñas soldado. Aquí cuelgo un reportaje que publiqué hace poco.

Diana Castillo (Bogotá, Colombia, 1961) trabaja por hacer visible lo invisible. Más de 120.000 niñas menores de edad combaten en las guerras de todo el mundo, bien con las guerrillas bien con los ejércitos. Una realidad que sin embargo pasa «invisible» en las normativas internacionales que elaboran programas de reinserción y desmilitarización orientados sólo a niños varones. Éste es alguno de los resultados que recoge Castillo en el primer informe realizado sobre este asunto y que recientemente presentó en Bilbao de la mano de Alboan, ONG integrante de la comisión española para acabar con la utilización de niños y niñas soldados.

«Esta realidad no es visible porque muchos países no reconocen haber utilizado a niños en el ejército para no ser multados por los organismos internacionales. Con ello impiden, sobre todo, que la ayuda llegue a esta gente», asegura. Castilla aprovechó la visita para denunciar la doble moral de países que, como España, «suscriben tratados contra el uso de los niños soldados y después venden armas ligeras a cualquier parte del mundo sin importarles su fin».

El País País Vasco

 

Pdtoq

2 Jun

Foto: Pedro Urresti/El Correo

El suplemento Domingos de El País parecía estar escrito para Piedra de Toque: abría con una doble de ETA, seguía con un perfil de Tiro Fijo, hasta ahora líder de las FARC y continuaba con otra doble sobre la agonía vivida por Iñaki Otxoa de Olza en el Annapurna. Política vasca, Latinoamérica y montaña.

«Las montañas no son estadios donde satisfacer nuestra ambición deportiva, sino catedrales donde practicar nuestra religión».

Mientras tanto, seguía lloviendo en Getxo. Tanto que inundó garajes, avenidas y casas.

«No queremos vaqueros, sino escoltas profesionales»

30 Abr

 

Hace dos meses propuse a mi redactor jefe una tema sobre escoltas en Euskadi. La actualidad lo justificaba: se habían convertido en un objetivo de la organización terrorista, comenzaba una nueva oleada de atentados y aparecía una ley que permitirá contratar a personal de la UE. Había llamado avarios profesionales que operan en Gasteiz, Donosti y Bilbao. Y encima tenía datos. Todo salpicado de citas provocadoras como que «las calles se han llenado de pistoleros», «no queremos jóvenes vaqueros, sino profesionales» o datos sobre la disparidad de las tarifas en función de quién contrate: el ministerio, Gobierno vasco o una agencia de seguridad. Pero «no encajaba». Así son las redacciones.

Lo volví a intentar hace unas semanas. Llamé de nuevo a mis contactos y pedí nuevos datos. Ya con la cifra de que se necesitaban 200 escoltas hablé con mi redactor jefe, pero tampoco… «Demasiada demanda sindical», me dijo. Y el tema se quedó en uno de mis cuadernos.

Hasta que la semana pasada, el viernes, lo leía en El Economista con una llamada en portada y dos páginas centrales. Lo leí con atención y no aportaba nada nuevo, tan sólo los datos y unas cuantas citas, mucho más prudentes de las que yo tenía. Así es el juego de las redacciones, de los colaboradores y, sobre todo, de los redactores jefes.  Pobres cuadernos.

 

Las autopistas producen sensación de orfandad

25 Abr

Las autopistas producen sensación de orfandad. Lo dice hoy M. Rueda, periodista de El Correo. Lo experimentó ayer de camino a Mondragón para cubir la votación en pleno de una moción de censura por el asesinato de Isaias Carrasco. Por el camino se encontró que la hija de Isaias ocupa el puesto de su padre en el peaje de la autopista. Desafiando el vértigo. Allí tuvo que cobrar a todos: altos cargos del PSE, simpatizantes de ANV y «chivatos».

Tal vez, sea el mejor modo de resumir la situación que sufre Euskadi. Mientras los políticos cambian sus votos como de chaqueta -el PP se abstuvo de la votación- el resto de la sociedad sigue en el andamio. «Un espectáculo difícil y trágico que causa perplejidad a sí mismo». Un buen trabajo del periodista. Ha dado un paso más.